El Comisario Pardon (III)

Un día en las carreras

El Comisario Pardon y el teniente Hastings acudían a una llamada urgente de la brigada de homicidios para investigar otro misterioso caso.
En esta ocasión un conocido piloto de Fórmula 1 había sido encontrado degollado al lado de su vehículo en el taller de su equipo. Pardon, que con su sombrero de fieltro y su gabardina gris pegaba menos en aquel sitio que un DJ en la corte de Luis XIV caminaba torpemente, confuso por el ruido de los motores abajo en la pista. El teniente Hastings le seguía más desenvuelto, vestido de uniforme.

- ¿Se da cuenta Hastings de la terrible paradoja de este caso? -Preguntó el comisario una vez solos en el taller-. Cuando encuentren al culpable, el juez le preguntará algo como «¿Dónde se encontraba usted el día de autos?».

Hastings miraba impertérrito.

- Hoy es el día de autos Hastings, autos. ¿No lo entiende?

Mientras el Comisario reía estúpidamente apareció el jefe del equipo de mecánicos, rascándose los huevos. Hastings se adelantó:

- ¿Es usted Mr. Reginald VelJohnson, verdad?

Reginald mordía un palillo de un lado a otro de la boca. Llevaba un mono de trabajo, una gorra y unos guantes perdidos de grasa. Frotaba estos uno contra otro, de forma nerviosa.

- ¿Cuándo vio usted con vida al piloto por última vez? -preguntó el teniente. Pardon movía la cabeza de un lado a otro, con la vista perdida y una media sonrisa aún en la boca, recordando su ingenioso comentario.

- Hará una hora lo vimos mi compañero y yo, entrando al taller.
Hastings, satisfecho, continuó con un breve interrogatorio.
Mientras tanto el Comisario se entretenía jugando con un alambre trenzado y semi-rígido que había encontrado en el suelo.

- ¿Qué es eso, señor?
- Dios lo supiera, sólo me estaba fijando en lo sucio que está, como todo en este taller. ¿No podrían limpiar más a menudo? La única parte limpia es la de alrededor del cadáver. Es casi como si lo hubiese limpiado antes de caerse muerto.
- Lo habrá limpiado el asesino, señor.
- Ah, querido Hastings, su eterno problema. No ve nada más allá de las obviedades ni de las conclusiones apresuradas.

Hastings observaba el alambre que sostenía Pardon, y abrió poco a poco la boca:

- ¡Señor, suelte eso! ¡Tiene restos de sangre!

Como activado por un resorte Pardon soltó el alambré, que cayó a pocos centímetros del cadáver.

- ¡Qué asco! Lo dicho teniente, ¿no podrían contratar un servicio de limpieza?

Hastings se agachó y recogió el alambre con un pañuelo. Aún quedaba algo de sangre seca entre el trenzado metálico. Era evidente que había sido manipulado con anterioridad; incluso con anterioridad al comisario.

Los dos investigadores salieron a pista, recorrieron los boxes y se adentraron en las gradas de espectadores. Ninguno de los dos decía nada.

- ¿Qué piensa usted Monsieur Pardon?
- Nunca revelo la sutil trayectoria que mis hipótesis recorren a lo largo de mis pequeñas células grises hasta materializarse en resoluciones. Debería usted saberlo mon ami. Sin embargo, algo sí puedo decirle. Estamos muy cerca. ¡Vaya!, vaya usted a comprarme un perrito caliente. Le aseguro que para cuando usted vuelva habré resuelto este caso.

Pardon sonreía, y Hastings se alejó con una mueca de extrañeza en su cara.
Regresó diez minutos después con el pedido del comisario, lo encontró apoyado en una pared, con el sombrero entre las manos y el cabello revuelto. Le entregó el perrito:

- Sorpréndame. ¿Quién es el asesino?
Pardon observó el perrito y titubeó.

- Ermm uhmmm... Yo... ¿No le dije que también quería patatas fritas teniente? ¿Qué es un perrito para usted sin unas buenas patatas? Ande, vuelva usted, para una cosa que le pido no es capaz de hacerla como Dios manda. ¡Y no se dé prisa en volver!
Hastings regresó otros diez minutos después, cabreado: - ¿¿Y bien??

- Casi lo tengo teniente. Pero me gustaría interrogar a algún testigo para asegurarme. Este es un caso particularmente difícil considerando que no tenemos ningún tipo de pista ni prueba material.
- ¿Cómo que no? Tenemos el cadáver, tenemos el arma homicida, la hora aproximada de la muerte. Sólo nos queda saber el móvil.
- Sí, pero nos falta lo más importante.
- ¿Qué?
- Un cadáver.
- Es lo primero que he dicho, lo acabamos de dejar en el taller.
- ¿Se ha parado a pensar que quizá no sea ese el cadáver correcto? Sigamos interrogando.

Pardon se acercó a una señora de volumen desproporcionado, que comía palomitas tranquilamente abarcando 2 asientos de plástico que se hundían bajo su peso.

- Disculpe señora -Pardon se aclaró la voz-. Soy el Comisario Pardon, de homicidios. ¿Podría decirme qué hacía usted hace una hora, en este... -hizo un gesto abarcando todo el panorama con el brazo- maravilloso «día de autos»? -Guiñó a Hastings sonriendo. Éste bufó, aburrido.
La señora le miró sosteniendo un puñado de palomitas a punto de ser engullidas:
- Estaba aquí mismo, comiendo.
- ¡Ah bueno! En ese caso, la dejaré tranquila -Pardon hizo ademán de irse, pero rectificó-. Porque ha dicho usted comiendo ¿verdad? Ha dicho usted comiendo y no ¡¡MATANDO al piloto de Fórmula 1!!
- ¿Pero de qué me está hablando? -La señora se puso roja de ira.
- Vamos Comisario -Hastings intervino-, relájese.

Pasaron el resto de la mañana interrogando a gran parte de los asistentes al evento. Rendidos, se reunieron de nuevo en el centro de las gradas. Pardon parecía derrotado.

- No queda nadie Comisario, me temo que tendremos que volver a la central sin descubrir al asesino.
- Así es, teniente -concedió Pardon- Así es... Salvo por una cosa.
- ¿Qué es?
- Tras los interrogatorios, queda una única persona posible, que pudiese cometer este terrible crimen. Sigue una lógica aplastante e inequívoca.
- Vamos comisario, no me tenga sobre ascuas -El teniente esperaba.
- El asesino no puede ser otro más que... ¡USTED! -Pardon levantó un dedo acusador sobre su compañero, que apenas podía contener la risa.
- Pero por el amor de Dios comisario, ¿Qué está diciendo? ¿Por qué iba yo a hacer tal cosa?
- No es tan importante el por qué como el cuándo. Tardó usted mucho... demasiado.... sospechosamente... en traerme unas miserables patatas fritas. ¿O no se acuerda? Ahí tuvo su oportunidad!
- ¡Pero usted me dijo que tardase! Y... señor, ¡El piloto llevaba muerto una hora!
- ¿Está usted seguro teniente? ¿Le tomó usted el pulso? Esto estaba milimétricamente calculado para hacerme creer eso.
- Señor, relájese, no sabe lo que dice. Está usted muy nervioso esta mañana.

Al decir esto Hastings se puso tenso y levantó la cabeza mientras murmuraba: - Nervioso, estaba nervioso...
Tomó al Comisario por los hombros:

- Escúcheme Pardon. ¿Qué razón tendría un asesino para limpiar la escena de un crimen?
- No trates de distraerme Hastings, soy demasiado listo.

Hastings continuó hablando, sin prestar atención:
- ¡Quizá porque no llevaba guantes y tuvo que borrar sus huellas!
- No debería usted hablar sin la presencia de su abogado.
- ¿Y por qué no los llevaba?- Hastings mostraba excitación-. Lo normal es ponerse unos guantes para no tener que limpiar la escena. Pero si una persona siempre los usa, ¿no sería lógico que se los quitara para matar a alguien y así no manchárselos de sangre? ¿No lo entiende Comisario? ¡Por eso la escena del crimen estaba limpia! ¿Recuerda usted que Reginald, el mecánico, frotaba sus manos nervioso?
- ¿Quién? -Pardon arrugó su frente haciendo un esfuerzo por recordar.

Hastings salió corriendo en dirección al taller. Pardon, de un salto, lo perseguía vociferando.
- ¡Alto Hastings! ¡Alto! ¡No se me escapará! ¡No a mí! ¡No al Comisario Pardon!
Llegaron exhaustos al taller, Reginald se sobresaltó por la irrupción de los dos investigadores. Hastings, con un preciso movimiento se abalanzó sobre el mecánico, que dio un grito soltando la llave inglesa que usaba en ese instante. Con rapidez el teniente arrancó los guantes al sorprendido Reginald, que se quedó inmóvil, con ambas manos en el aire.

- ¡Mírelo Comisario! ¡Aún tiene sangre en las manos!
Pardon, semiagachado con las manos en los muslos, respiraba con dificultad por el esfuerzo. Hastings resollaba, pero sonreía henchido de satisfacción mientras esposaba al asesino.

- ¡Amenazó con hacerme despedir! ¡Orgulloso canalla! ¡Yo no tenía la culpa de que perdiese todas las carreras! -decía Reginald, sollozando.
- ¡Y ahí tiene usted el móvil Pardon! -Hastings forcejeaba con el mecánico para que se estuviese quieto.

- No me hace falta teniente. Aquí al lado tengo una cabina. Llamaré y haré que lo detengan. ¡A usted y a su cómplice! -Pardon rió exageradamente-. ¡Recuerde el «día de autos» teniente! ¡Otro gran éxito del Comisario Pardon!.

Comentarios:

nei el 18/10/2006 - 18:17

No sé si hacer el comentario, que como me descuide, me incriminan :-/

Bueno, que sea lo que dios quiera.


Si el piloto era Alonsito, más que detener al asesino, habría que darle un premio :D


thessoro (thessoro at gmail dot com) el 19/10/2006 - 14:41

Secundo la moción xD

Miss Paperas el 19/10/2006 - 17:21

Buenaaaaaa, si señor!
No tuve ganas de k se terminara de una vez mientras lo leía...
Final apoteósiko!!

Miss Paperas el 19/10/2006 - 17:22

Y yo no sekundo la moción

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 19/10/2006 - 20:13

«No tuve ganas de k se terminara de una vez mientras lo leía»
¿Es algo que te pasa frecuentemente o solo cuando lees mis articulos? ¿Entonces este es una excepción?
xD

Miss Paperas el 19/10/2006 - 20:34

...ehmmmmmmmmm...

Me puedes repetir la pregunta?
:P

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 20/10/2006 - 09:58

Ambos sabemos que resultaría inútil.

:P

nei el 20/10/2006 - 11:22

Jopetas, que malote.

mueve tus caderas el 20/10/2006 - 14:06

anda que...para que luego digas que no te drogas!vaya articulo.muy tuyo eso de matar a alonso pero por que´el asesino es carl winslow?no tuvo bastante el pobre con la familia que le toco en suerte?por cierto,ni caso a los comentarios de los de las paperas que son unos topos je je...

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 20/10/2006 - 16:02

Ya me había dado cuenta sí, no vale de nada que os ocultéis. xD

swyx el 20/10/2006 - 19:21

Debo pensar que se han terminado ya las aventuras de cabezarrombo? Habrá imágenes de la escena del crimen? y del fiambre?

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 20/10/2006 - 19:58

¿tantas ganas teneis de que muera? Tengo muy buenas ideas para él. El problema es que sólo a mí me parecen buenas. Además me da pereza dibujar.

Por cierto swyx, he cambiado todos los enlaces de tus comentarios para que apunten a tu nuevo blog. (no lo hice uno a uno, no te preocupes xD es algo automágico)

swyx el 22/10/2006 - 08:56

Gracias por lo de los enlaces xD

Estaba pensando yo que si muere Fernando Cabezarrombo, siempre puedes tirar mano de otros personajes carismáticos como Rafa Navidad-colacao o algún colgado similar.

Neith el 24/10/2006 - 11:02

Pues yo prefiero salvar a Fernando Cabezarrombo y que se inmolen el otro Fernando y Reverte :(

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 24/10/2006 - 20:19

Se van a inmolar en Imola.

rucito (rucito at hotmail dot com) el 29/10/2006 - 11:19

Yo sólo tengo una pregunta. ¿Cómo mató el asesino al piloto? Me imagino que, de todas las muertes posibles, en este caso le resultaría imposible "cortarle el cuello", ¿no?.

Neimsomlente el 2/11/2006 - 01:36

No puedo dormir, así que me he dicho, "vamos a pasarnos an´ca Thessoro a testar la sensibilidad de sus fosas nasales de madrugada" :D

Así que aquí hállome tan bella y gracil como de costumbre y con el flequillo ya en modo orko del pueblo de al lao de Mordor.

Que digo yo, que queda muy fashion eso nuevo de los apuntes, pero no mola -quizás solo al autor- (¿in-mola? :p)que no se puedan comentar.

Siento que se está coartando mi derecho de expresión.

Es que no sé dónde poner tanto pensamiento inservible y en los blogs de rucito y swix me da corte.



(tendido el anzuelo, espero víctimas. Esto es una nota mental, pero como no puedo borrar pensamientos inservibles, no tengo donde dejarla).

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 2/11/2006 - 17:41

estoy deacuerdo 100%, pero aun no tengo muy claro donde colocarlo.
Las culpas echaselas a rucito que es el culpable de lo de los apuntes xDDD, al pasarme el meme, no supe donde responderle y se me ocurrió eso, pero aún hay algunos cabos sueltos...

rucito (rucito at hotmail dot com) el 4/11/2006 - 09:15

Claro, claro. Ya lo sabía yo. Ahora la culpa de todo (parece que es la máxima de mi vida)es mía. Nada, ni me despeino. Que ya cargo yo con ese peso de conciencia.
¡Ah! Nota mental para Neimsomlente: Si quieres decir barbaridades en mi blog, no tienes más que pasarte por allí y decir lo que te venga en gana. Jamás he tapado yo la boca y/o la pluma de nadie en mi blog. Faltaría más.

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 4/11/2006 - 17:13

De hecho le excita enormemente.

rucito (rucito at hotmail dot com) el 6/11/2006 - 22:51

Ufffff, hmmmmmm, ahhhhhhhh,.... Ya me estoy poniendo solo de pensarlo.

Neipostbrownie el 7/11/2006 - 21:27

Po ahora no quiero.

Es que me canso de ser el mito sexual de todo el mundo.


Oye Tess (sí, suena taco gay xDDD), que como no escribas otro post, no me va a quedar más remedio que pensar que quieres que convierta esto en un chat, y yo venía con ganas de contar lo del asma, lo del brownie, lo de la lluvia torrencial, lo de que no podía abrir el coche, lo de las piscinas en mis botas ...

thessoro (thessoro at gmail dot com) el 8/11/2006 - 21:57

doña marinei, queremos saber todo lo relacionado con su brownie, de hecho si quieres remitirme fotos las posteare encantado.
Lo de su respiración entrecortada y lo de la lluvia tambien nos pone, y somos especialistas en abrir cosas. Si tiene usted liquido en sus botas será porque le habrá resbalado desde el brownie.
Un saludo y me pondre a trabajar enseguida en esas mierdas de articulos que tanto os gustan.

Nei el 9/11/2006 - 23:39

A día de hoy, sigo preguntándome qué porras crees que es un brownie ...

No responda ahora.
Hágalo, después del nuevo post.

PrelKikam (kwisarat at mardenafuga dot info) el 17/8/2007 - 15:59

enter text? test, sorry

dfdf767df



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