Como veis he dejado que ese engendro publique posts. Así no me aburre todo el día patrás y palante, me vuelve loco con sus tonterías. No puede pararse quieto con ninguno de sus 8 tentáculos.

Eso sí, teclea rápido el cabrón de él.

A Gilbertito lo encontré en la calle, en unos contenedores (no me preguntéis qué hacía rebuscando allí) Estaba medio muerto y cubierto de basura.

Tras un rato hablando con él, me di cuenta de que no era un pulpo normal y corriente. Ese pelo que salía de detrás de su cabeza no era frecuente en los pulpos (al menos los que yo conozco).

Lo llevé a casa metido en una bolsa de plástico, pensando que si lo cocinaba lo suficiente...podría estar rico.
¡Pero era tan elocuente! Me dio pena cocerlo, asi que me decidí por hacerlo a la plancha, sin más complicaciones.

Cuando estaba a punto de cortarlo en pedacitos, pareció revivir. Saltó de la encimera y corrió hacia el salón. Me hizo gracia ver allí a un pulpo agarrado a la lámpara temblando como un poseso, así que me dije "¿Por qué no adoptarlo como mascota?"

Total, que le puse un cubata y nos pusimos a charlar. Me dijo su nombre, complicadísimo. sprratzinger, frgaratzingre o algo así...
Recuerdo que dije:
- ¡Pero que gilipollez de nombre! - Y justo en ese momento entró mi perro labrador, Berto; que se puso a ladrar como loco y casi se come a Gilbertito de un bocado.

Así que no tuve muchó más que pensar... gilipollas Berto... Gilberto, y como le queda grande pa la mierda que es, Gilbertito!.

Vaya rollo que os ha soltado, qué pesao es el pobre. Bueno, mientras escribe aquí no me da la lata a mí.

P.D: Gilbertito me ha pedido una sección para él. Me parece que se le está subiendo a la cabeza.