A la playa!!
Un año más nuestro querido pueblo español se larga en masa a las playas a tumbarse larguísimas horas al sol, sin pensar en absolutamente nada, como el resto del año.
Este turismo ayuda a nuestro pueblo cultivado a relajar sus neuronas de la intensa actividad intelectual sufrida durante los largos meses invernales. La arena y el eco en la cabeza nos ponen en contacto con nuestra acentuada vacuidad.
"Oye thessoro, que pasa con los alemanes, los ingleses... tambíén escogen la playa como destino turístico..."
Si queridos míos, pero estamos hablando de pueblos que ponen cuotas en sus bibliotecas. Normativa europea que España lleva años saltándose a la torera, ya que en caso contrario, los cuatro frikis que en nuestro país saben lo que es un libro - sin confundirlo con el Marca oiga! - dejarían de frecuentar esos silenciosos lugares para empapar su insustancial existencia en alcohol y humores diversos.
El ocio traducido a kilómetros y kilómetros de arena, salpicada de chiringuitos con la música insultante que insisten en escupirnos a la cara, hoteles y bares trampas de turistas, mojito ocasional, paella y souvenires que nos recordarán para siempre las naderías vividas a 40 grados de temperatura; mañana tras mañana chancla en mano y toalla hortera, nevera portátil con cervezas y sombrilla zafia.
Y este es el destino escogido, libre y voluntariamente por el 90% de los españoles. Que viva la libertad, digo, y la democracia... acerco el oído a tu boca... se oyen los ecos del mar.
Este turismo ayuda a nuestro pueblo cultivado a relajar sus neuronas de la intensa actividad intelectual sufrida durante los largos meses invernales. La arena y el eco en la cabeza nos ponen en contacto con nuestra acentuada vacuidad.
"Oye thessoro, que pasa con los alemanes, los ingleses... tambíén escogen la playa como destino turístico..."
Si queridos míos, pero estamos hablando de pueblos que ponen cuotas en sus bibliotecas. Normativa europea que España lleva años saltándose a la torera, ya que en caso contrario, los cuatro frikis que en nuestro país saben lo que es un libro - sin confundirlo con el Marca oiga! - dejarían de frecuentar esos silenciosos lugares para empapar su insustancial existencia en alcohol y humores diversos.
El ocio traducido a kilómetros y kilómetros de arena, salpicada de chiringuitos con la música insultante que insisten en escupirnos a la cara, hoteles y bares trampas de turistas, mojito ocasional, paella y souvenires que nos recordarán para siempre las naderías vividas a 40 grados de temperatura; mañana tras mañana chancla en mano y toalla hortera, nevera portátil con cervezas y sombrilla zafia.
Y este es el destino escogido, libre y voluntariamente por el 90% de los españoles. Que viva la libertad, digo, y la democracia... acerco el oído a tu boca... se oyen los ecos del mar.
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Autor: thessoro
Fecha: 02/07/05 [06:12]
Categoría: Sociedad
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