En ocasiones los nombres de los personajes míticos pululan por nuestra mente sin que nos paremos a pensar por qué es mítico ni famoso. Es una verdad indiscutible.

Parémonos a pensar lo que hizo este personaje. Andy Warhol un día estaba en la cocina de su casa, pelando tomates sin antes escaldarlos un poco (que a quién se le ocurre) Total que estaba harto de que las pepitas del tomate se le quedasen pegadas a las manos como pequeños mocos duros.  Entonces recordó aquellos botes horrendos de las sopas Campbell's. Eran sopas de tomate, pero no de tomate cualquiera, sino concentrado. ¿Quién quería perder el tiempo pelando tomates teniendo esta maravillosa sopa concentrada?
Asi que Warhol se fue al súper y compró botes y más botes. De hecho llenó un carro entero del Lidl, y le salió por menos de 30€  (O_o').
Después de ingerir los primeros veinticuatro botes de una sentada vio que no podría tomar ni una cucharada más, así que antes de que caducaran, puso una lata detrás de otra, las serigrafió y venga, se montó una exposición.

Luego cogió a Marilyn que acababa de palmar y había que pillar el boom para crearse uno el mito a base de otro. La repitió también, a ver si así la resucitaba, variando el color de cada vez. Vamos, 15 minutos de Photoshop y te sobran 10 para rascarte los cojones.
                                                                                                                                               Y me saldrá el listo de turno a disertar sobre el profundo sentido simbólico de la repetición. Que las sopas simbolizan la sociedad de consumo masivo, y que el cambio en las tonalidades es un reflejo del arte impresionista, o a saber que otras justificaciones absurdas más para sostener el mito (que muchas veces parece que nos va la vida en ello, preferimos un ataque de hemorroides a desmitificar)                         
Palabras grandilocuentes existen para defenderlo todo. Si a mí ahora se me pone en los huevos decir que los lápices en el logotipo de esta web son una obra de arte, me puede inventar cualquier chorrada que lo justifique:

"Los lápices afilados simbolizan la agudeza y la precisión de la palabra, y apuntan impotentes en la misma dirección, sin llegar a alcanzar nunca la expresión de la verdad absoluta. Los distintos colores, cuidadosamente escogidos, simbolizan la diversidad corrientes artísticas, tendencias políticas, continentes y culturas. Son las distintas tintas con las que se describe la misma realidad."

Pues no oiga, yo puse 'lápices' en google imágenes y fue lo primero decente que me salió, que gilipolleces las justas.                         
¿Acaso me darían algo por poner quinientas latas de espárragos 'Carretilla' una detrás de otra?                                               

Luego me saldrá el otro, más listo que el anterior y menos pedante (es que el anterior se creía de veras lo que decía) diciendo que bueno, que él fue el primero en hacer eso, y a nadie se le había ocurrido antes... (Oh... eso). Bueno, éste al menos no se da ínfulas de intelectual. Sin embargo, yo puedo ser el primero en rociarme los morros de pus de macaco y no por ello se convierte en una obra de arte genial. Original si, pero no es suficiente.

Un tío que dirige una película de seis horas de duración mostrando todo el rato a un señor durmiendo, no es un director, ni innovador, es un caradura.
En fin, yo sólo me pregunto, sólo me atrevo a esto pequeños lectores, no me meteré más con él. Sólo pregunto: ¿Acaso no estará este tipejo un poco sobrevalorado?